"Era el hombre adecuado en
el momento adecuado"
Con esta sentencia se resume la última película del director americano Clint Eastwood (Sin Perdón,
1992; Million Dollar Baby,
2004), leyenda viviente del cine y considerado por muchos como uno de los últimos
directores clásicos del cine. Por no decir directamente “el último”.
La
película está protagonizada por Paul
Walter Hauser en el papel de Richard Jewell, un anónimo guardia de
seguridad cuyo único sueño es pertenecer a las fuerzas del orden. Se nos
presenta de forma paralela al resto de personajes claves en la trama: un
abogado temperamental pero cometido con su trabajo (Sam Rockwell), una periodista sin escrúpulos hambrienta de una
jugosa noticia (Olivia Wilde), un
agente del FBI (John Hamm) y,
finalmente, a la madre dedicada y cariñosa de nuestro protagonista (Kathy Bates). Sus vidas quedarán
ligadas de forma abrupta cuando, el 27 de julio de 1996, en plenos Juegos
Olímpicos de Atlanta ’96, se produce un atentado, que resultaría frustrado
gracias a, como es de imaginar, Richard Jewell.
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Portada del diaro EL PAÍS (28-07-1996) |
Habiendo sido un proyecto que ha pasado por el escritorio de muchos directores, ha sido
finalmente Eastwood quien nos deleitase con esta adaptación del artículo de
Vanity Fair: “American Nightmare: The
Ballad of Richard Jewell” (Marie Brenner, 1997). Siendo un gran fan de
Clint Eastwood (tal es así que es la primera película que he visto en el cine
este 2020 y es, además, la primera crítica del blog), coincido con la crítica
americana: esta es la mejor película del
director en una década, haciendo así alarde de su habilidad para seguir
cautivando a espectadores aun llevando 89 años a sus espaldas. Su labor detrás
de la cámara queda patente a lo largo de poco más de dos horas, donde la
fotografía y la paleta de colores, aunque apagada y sobria durante la mayor
parte del metraje (sello de autor patente en todas sus obras), permite
distinguir distintas fases dentro de la narrativa diferenciadas, pudiéndose
destacar un planteamiento, nudo y desenlace claros. No se estanca en sus
fórmulas bien establecidas a lo largo de años de profesión, sino que añade
nuevos recursos que, sin alejarse ni innovar profundamente, da un soplo de aire
fresco en su filmografía que se agradece.
Las
actuaciones de cada uno de los actores son muy buenas, sabiendo cada uno
transmitir las emociones que se espera de su personaje. Entraré en este punto en
una publicación posterior, dentro de la zona “spoilers”. Pero cabe decir que Paul Walter Hauser, del cual desconocía
hasta ver esta película, me ha dejado sorprendido, no solo por el parecido de
este con el verdadero Richard Jewell; sino por lo bien que encaja su actuación
en la película: consigue transmitir esa sensación de fragilidad que uno siente
cuando la situación le sobrepasa; pero quien mejor encapsula esta sensación es Kathy Bates.
Aunque
esto es menos importante (los premios sirven para orientar, no para jugzar), fue nominada a los Globos de Oro en la categoría de
Mejor Actriz de Reparto para Kathy Bates y, a día 13 de enero de 2020, se ha
conocido su candidatura como Mejor Actriz de Reparto en la gala de los Premios
Oscar.
En
resumidas cuentas, una película interesante que nos guiará por una historia tanto
poderosa como controversial en el que se tratan tanto la voracidad de la prensa
como la manipulación gubernamental. Una historia que te mantendrá inquieto y
pegado al sillón durante dos horas.
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